Cooperación fronteriza en la prevención y contención de conflictos

Gabinete Ministerial

El escenario mundial, desde finales del siglo anterior, comenzó a sufrir profundas transformaciones y la apertura de mercados multiplicó la riqueza y las posibilidades de desarrollo de los pueblos. Los eventos más sobresalientes que marcan esta época han sido la consolidación del sistema democrático como forma de gobierno, la promoción y respeto a los valores y principios relacionados con los derechos humanos, la concienciación de la importancia del desarrollo sostenible, la preocupación por erradicar la pobreza y discriminación, la búsqueda y mantenimiento de la paz, la integración regional y el libre mercado como modelo económico imperante.

Ante estas circunstancias, la región sudamericana ha demostrado estar empeñada en renovar el sistema de seguridad que permita a los países beneficiarse de un mejor alcance y cobertura, tendiente a construir una paz regional que atenúe la posibilidad de que en el futuro inmediato se produzcan conflictos convencionales entre Estados, sobre la base del fomento de las medidas de confianza mutua y seguridad.

Seguridad ante las nuevas amenazas

La preocupación y planteamientos expuestos en todos los ámbitos han sido acogidos también por nuestro país, desde cuya perspectiva los significativos cambios que ostenta la Seguridad Nacional inciden en su concepción y aplicación, debido fundamentalmente al surgimiento de nuevas amenazas, entre las que se señala:

A nivel externo: los efectos negativos del conflicto interno en Colombia, el narcotráfico y el crimen organizado, el desequilibrio estratégico regional y el terrorismo.

A nivel interno: la crisis económica, el impacto de la pobreza, la corrupción, la migración descontrolada, los conflictos de gobernabilidad, los conflictos étnicos y culturales.

Frente a las nuevas condiciones presentes en el escenario internacional, las amenazas asimétricas y los desequilibrios regionales, se hace necesario desarrollar una efectiva cooperación entre nuestros Estados enmarcada en los avances normativos del derecho internacional, la seguridad cooperativa y los convenios de cooperación interestatal.

En este contexto, el Ecuador reitera su respeto al derecho internacional, relacionado con el cumplimiento de los tratados, la no intervención en asuntos internos de otras naciones, respeto a la soberanía de los Estados y la prohibición del uso o amenaza del empleo de la fuerza en la resolución de conflictos. Asimismo, orienta sus esfuerzos a cumplir los acuerdos establecidos en las Conferencias de Ministros de Defensa de las Américas, las que recogen como prioridad la preservación de la democracia, el fortalecimiento de las relaciones civiles – militares, el incremento de las Medidas de Fomento de la Confianza y Seguridad y la integración de esfuerzos en la lucha contra el narcotráfico.

La “Seguridad Regional Cooperativa”, una Alternativa

El Ecuador considera a la <<seguridad regional cooperativa>> como una alternativa que se adecua a los procesos de integración actuales y consiste en la actuación anticipada sobre los conflictos, a través del establecimiento de mecanismos diplomáticos y militares a nivel multilateral, tendientes a limitar o neutralizar las causas que los generan, privilegiando la <<prevención>> de los mismos, incorporando de esta manera las nuevas amenazas a la discusión pública, lo que significa un cambio de actitud en la dinámica que ha caracterizado tradicionalmente las relaciones civil – militares, que desde nuestra perspectiva deberá responder a una visión de seguridad socialmente concertada.

En el marco de la Declaración de Santiago y las resoluciones de la OEA, el Ecuador apoya integralmente la cooperación fronteriza en la prevención y contención de conflictos. Nuestra nación concibe a la seguridad como aquella condición centrada en el ser humano, sobre la base de la gobernabilidad y desarrollo, lo que induce a ésta a abandonar la exclusividad militar, para pasar a ser multidisciplinaria, abarcante de todos los campos y áreas del convivir nacional e internacional.

Los procesos de cooperación internacional requieren, para ser sustentados, de condiciones ambientales, políticas, diplomáticas y militares que les favorezcan, otorgándoles certidumbre y seguridad en su gestión. Ello implica que, a más de la seguridad cooperativa expresada, se instauren sistemas cooperativos integrales, que posibiliten la ampliación y consolidación de las dinámicas de interdependencia, tema que afecta con mayor intensidad a las zonas fronterizas binacionales.

Multiplicidad de Acciones

Éstas cubren un amplio abanico de procesos que abarcan desde comunicación, intercambio de información, intercambio profesional y educativo, ejercicios militares combinados, en el estricto marco de los acuerdos ya existentes; y reuniones conjuntas civil-militares de los funcionarios encargados de defensa y relaciones exteriores, en el espíritu de las declaraciones acordadas. También engloban acciones de control, que deben establecer normas de revisión en la adquisición y producción armamentística.

Todo lo anterior debe necesariamente vincularse a una estrecha relación de confianza mutua, seguridad y cooperación fronteriza. El Ecuador se ha pronunciado claramente desde un enfoque multidimensional de la seguridad, la que, como ya se ha dicho, incluye aspectos sociales, políticos, económicos, ambientales, de salud y otros.

En la misma línea de análisis se debe tener presente un componente militar que considere el fortalecimiento de las acciones para prevenir incidentes e incrementar la seguridad en el tránsito terrestre, marítimo y aéreo; el desarrollo de sistemas de comunicaciones entre las autoridades civiles o militares de países vecinos a nivel fronterizo; la intensificación de actividades que promuevan la cooperación en zonas fronterizas; el fortalecimiento de los Centros Nacionales de Atención de Fronteras para mejorar el control aduanero, migratorio, de armas y precursores químicos y otras acciones tendientes a contener y disminuir las posibilidades de conflicto, y compartir los sistemas de vigilancia de fronteras desarrollados por algunos países, con la finalidad de obtener beneficios comunes.

El Factor Social

Adicionalmente, el factor social no puede ser subestimado: el desarrollo productivo y comercial en las franjas fronterizas presta el sustento indispensable para que los niveles de prevención de conflictos establecidos en los ámbitos diplomáticos y militares puedan ser eficientes; más aún, cuando las poblaciones fronterizas han establecido lazos de cooperación entre sí.

Si se mantienen la incertidumbre, la pobreza y la reducida presencia institucional por parte de los Estados en las zonas de frontera, la base estructural de la cooperación fronteriza en la prevención y contención de conflictos es frágil y corre riesgos potenciales. Por ello es de importancia central el solicitar el cumplimiento de los ofrecimientos de ayuda internacional para el desarrollo de aquellas regiones, y urge sensibilizar la cooperación externa prometida.

La seguridad regional demanda la cooperación fronteriza entre los Estados, que considere, junto al impulso de políticas de desarrollo económico y social e incremento en el intercambio comercial, el ejercicio de efectivas acciones de seguridad y defensa nacional que garanticen el control real sobre los espacios territoriales sujetos a la soberanía estatal, especialmente en las fronteras críticas.

Por lo anteriormente expresado, en otros contextos, donde la cooperación fronteriza en la prevención y contención de conflictos cuenta con Estados consolidados en sus áreas limítrofes, los enfoques de desarrollo económico y social se vuelven centrales para fundamentar procesos políticos, diplomáticos y militares de fluida cooperación. La ayuda internacional cumple un papel central en estos aspectos, especialmente en sitios donde antiguos conflictos interestatales han sido resueltos, y donde la cooperación internacional ha ofrecido recursos para cimentar económica y socialmente los procesos de paz.

Un Enfoque Multilateral

El Ecuador propone que Sudamérica deberá diseñar un sistema de seguridad sobre la base de mecanismos de relacionamiento y asociación interestatal, debiendo sostenerse en un enfoque multilateral cooperativo y solidario, fortalecido por los mecanismos instaurados en el marco del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca ( TIAR ), el Grupo de Río, la Comunidad Andina de Naciones y otros; así como en consideración a la dimensión estratégica de la Cuenca Amazónica y las peculiaridades de los conflictos de área, como es el caso de nuestra Subregión y Triple Frontera en el Cono Sur.

La propuesta ecuatoriana se teje entre el deseo de cumplir con la necesidad de un país de no enlazarse con la cultura de violencia heredada de un conflicto exógeno y los buenos oficios que se plantean en círculos de la Comisión de Seguridad Continental. Cristalizar este deseo, por una parte, significa que la región dé pasos pragmáticos frente a una crisis potencial y que, de otra, el continente consolide los cambios que se requieren a fin de reorientar la seguridad hemisférica y la asistencia recíproca, supuestamente superada por las nuevas demandas estatales.

La Cooperación Fronteriza en la Prevención y Contención de Conflictos nace en aquellos lugares a veces olvidados , pero llenos de potencialidades, que se constituyen en los primeros focos de identidad nacional, como vínculo especial de homogeneidad patria, llamadas fronteras; el cooperar para fortalecerlas constituye un deber para cada Estado; la presencia, no solo militar, en sus lares significa abonar el presente para recoger frutos en las generaciones venideras.